lunes, 30 de septiembre de 2013

Noche de bodas

Ya nos encontramos sentados en un banco
Junto a la laguna que formó la lluvia

Aún todavía ninguno dijo una palabra
Hay una distancia entre ellos
Sus piernas no se tocan
Las miradas se cruzan de vez en cuando

No te recordaba tan linda -dijo él-
Cállate -respondió ella-

Algo había aparecido, una charla, pequeña, pero efectiva para escuchar su voz...
Tan linda, ojos preciosos, figura perfecta
Esa persona que te mantiene soñando aún despierto
Podría quedarme ahí sin siquiera mover un dedo
Podría haberme quedado horas viéndote

Un simple gesto me obligaba a soltar una sonrisa
La lluvia comenzó a caer de nuevo hasta convertirse en el día perfecto
Que frío - murmuró ella-
¿Que podría ofrecerle? ¿Mi abrigo, ir a un lugar más cálido, rodearla entre mis brazos?

 Me quité mi suéter, y la coloqué sobre ella
Noté que no tenía frío, lo cual hizo inevitable que sonriera en ese momento

¿Por qué no abrazarla?
Tenía miedo
El miedo que provoca estar con esa persona especial y perderla

Nos sentamos en el primer junto a un árbol
Ella aún con mi abrigo fingiendo tener frío y apegada a mi
Nuestras manos se tocan y no se vuelven a soltar
Pareciera que hubiese esperado esto cientos de años, no te separes de mi

Nos fuimos perdiendo cada vez más en los ojos del otro
La distancia se acortaba y apretabas cada vez más fuerte mi mano
Mis párpados caían de a poco
El beso que siempre esperé, hizo que el tiempo se detuviera y pudiera ver las gotas en el aire
Sentir esa sensación de calidez, de sentirte cómodo y de no querer abrir los ojos

Es difícil  creer que ahora estamos casados.

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