Cada una menos creíble que la anterior, el miedo en los ojos de los oyentes aumentaba con cada palabra
Las manos nunca les dejaban de temblar, y se acostumbraban a sentir un escalofrío cada tanto
En cada cumpleaños de algún conocido, siempre había algún anciano dispuesto a contar sus anécdotas terroríficas
Jamás olvidaré las historias del señor Anderson
Viejo,con una barba imponente color de nieve, casi sin poder hablar, aún así sus historias dejaban sin dormir hasta el más rudo de todos
Estábamos todos reunidos, Anderson como siempre sentado en su silla mecedora, y un gran grupo en círculo a su alrededor
-"Les contaré, esta noche de frío y con la luna llena, les contaré la historia de "La chica del bosque"-
Hacia ya unos años cuando me mudé a esta pequeña ciudad, no hace mucho, 60 años
Vivía con mi mamá y su esposo
Y no, no era mi padre
Nunca, durante los 16 años que viví con ellos, nunca pude dormir sin haber derramado una lágrima
El idiota era un pobre borracho que me golpeaba por tener 8 años y saber escribir
Mi mamá nunca lo detenía, la entiendo, mejor yo que ella
Un día, yo acababa de jugar con mis amigos y volví a casa, sediento
No me había dado cuenta en ese entonces, pero el olor a alcohol se olía a kilómetros de mi casa
Inconscientemente entré y me dirigí directo a la nevera, escuchaba risas sin sentido y un par de botellas romperse
No alcancé a voltearme que ya alguien me agarro del cabello y me lanzó sobre la mesa, tirando todas la botellas sobre mi, cortándome con los restos de vidrio y torciéndome el brazo
No recuerdo bien, tres o cuatro tipos enormes, obesos y controlados por el licor
Comenzaron a golpearme tan duro, que ya no podía gritar. Pareciera que me habían golpeado tan duro que llegó hasta mi voz. No sé cuanto estuvieron desquitándose conmigo, perdí el conocimiento con el primer golpe
No sabía cuanto había estado desconectado, pero desperté y lo hice en un bosque
Tétrico, ya que los árboles eran tan altos y cubiertos por hojas que la luz no lograba pasar, era de día arriba y de noche abajo.
Traté de levantarme, pero no sentía las piernas, las tenía destruidas
Quise gritar en busca de ayuda, pero no tenía voz
No tenía salida
¿Que chico de ocho años decide que morirá?
Mis ojos se tornaron en llanto y grité pidiendo ayuda, hasta que morí.
Creí estar corriendo sobre la oscuridad, podía sentirlo
Pero caí, caí por el abismo más oscuro que podía imaginar
Y ahí fue cuando la vi, era una chica, o tan solo la sombra. Cubierta por una tela negra y un pájaro en el hombro.
Ella desapareció y vi de nuevo las ramas de los árboles
Sentí que mis pies estaban en un río y pude volver a gritar para pedir ayuda
El bosque no quedaba tan lejos, tan solo unos metros detrás de mi casa
Mi mamá escuchó mis gritos de auxilio y me llevó cargándome de nuevo, pensando que solo fue un tonta caída.
Mientras ella me cargaba en brazos, noté un velo negro desapareciendo detrás de un árbol a los lejos
¿Quién era?
Pasaban los días, sin poder dormir, temía el regreso de esos hombres. Pero curiosamente, nunca los volví a ver
Mamá desconocía el paradero de su hombre luego de que yo desaparecí, el y sus amigos habían ido a buscarme al bosque, según ella.
¿Que les pasó?
Con ocho años, tenía el carácter de un adulto mayor, no podía vivir sin saber que había sido de esos pobres diablos..
Aguardé hasta que mamá estuviera dormida, y me escabullí a medianoche hacia el bosque
Solo quedaba dirigirme hacia el río en donde desperté, pero no estaba
¿Se habría secado en dos días? ¿O tal vez nunca existió?
Di media vuelta, no me adentraría en el bosque en el medio de la noche
Pero.. oí una voz
Un pequeño susurro pidiendo auxilio, tal como el mío cuando me habían golpeado esos ebrios
Pero no había nadie ahí, sería mi imaginación engañándome de nuevo
Pero, una gota cayó desde las ramas sobre mi nariz, no tuve mejor idea que mirar hacia arriba
Había siluetas negras más anchas que las demás, pero una rama podría estar montada sobre otra
Eso fue lo primero que se me ocurrió, con ocho años era un niño inteligente
¿De donde había provenido esa gota?
Olí esa gota y tenía un olor claro a alcohol
Volví a ver sobre mi cabeza y note..
Que no solo había uno, sino tres cuerpos colgados sobre estos grandes árboles
Y miles de botellas de licor alrededor de mi
La voz se me escapó del cuerpo y no pude pedir ayude
Solo intenté una vez, nadie tenía por qué enterarse
Mientras volvía a casa, casi con una sonrisa en mi rostro, tropecé con un gran vestido negro,todo rasgado,con machas de sangre y licor
Gracias a esa chica del bosque, estoy vivo...
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